Aun tienen fuelle, miradas secretas y caricias guardadas, sueños por terminar y pasos que dar. Son el mejor tesoro del pasado que guardo y si ahora no lo son lo fueron, porque para mi jamas moriran.
Mirándolos nadie lo vería, ahi estan, mas de 50 años de secretos, de sonrisas de complicidad discreta, de daños innecesarios, de paciencia y de cariño, de gigantescas cantidades de cariño respeto y fascinación el uno por el otro. Siempre estuvieron ahí en los buenos momentos y en los que la vida se volvió mas puta. Son una foto del paso de estaciones con ellos 2 de fondo, y los corazones siguen siendo igualde fuertes que desde el primer día que alcanza a recordar mi limitada memoria. Como si mis 20 años, toda mi vida, fueran pocos para enfrentarse a un sentimiento, a una razón motora que es una mirada a la misma persona con la que se casaron hace exactamente 56 años.
A ellos les debo mi fascinación por los sentimientos en el estado puro, y mi odio a las mariconadas modernistas y falsas, a la incapacidad de no atrevernos a conocer lo que queremos, a no ser capaces de darle el tiempo que merece y descubrir cada día un detalle nuevo, a no atrevernos a cuidar un mundo construido, porque en la primera piedra encontramos tres mil razones para desertar y no nos fijamos en las cincuenta mil que hay para seguir hacia delante, las proporciones no siempre son las mismas, claro, ni los ojos que las miran, pero cuando los veo juntos, irremediablemente se me amargan los ojos envidiosos ellos, de la mas sana de las envidias. Para acabar desquitándome con el siglo en el que a la probabilidad, asquerosa ella, le dió por tirarme a un mundo cada vez mas frío y mentiroso, en el que los verdaderos actos de belleza humana quedan irremediablemente condenados a la extinción, por eso me consuelo idolatrando este sentimiento, sabiendo que me queda poco tiempo para sonreir con su felicidad.
Se alejan juntos al paso del tiempo, cogidos de la mano,detras, el viento. Al final ninguno los veremos, pero de verdad deséo, súplico al cielo, que si en esto alguna vez se pretendió alguna justicia, vuelvan a abrazarse pasado la capulla penuria de la mortalidad. Porque un amor inmortal se merece eso mismo, la inmortalidad.
No estoy enamorado del amor, pero ellos son la mejor razón para estarlo.