lunes, 13 de enero de 2014

La a del abecedario de Ben y Juan.

Y encontró un primer beso, y encontró a un primer hueso, y encontró al primer amor de su vida, y encontró una certeza que la belleza opresora encarcela y cela, y encontró su primera almohada vacía y por lo tanto volvió con el primer amor de su vida, y encontró un par de teatros, menos flaco y menos menos flaco. Busco a uno intelectual y encontró a un visceral de su lado, y al segundo visceral también lo encontró acostado y encontró algo de excentricidad perpetua. Y todo lo que encontró era una respuesta a alguien que dejo de ser el.

Y yo segui yendo a esa torre entre clase y clase, esperando verte viéndome ahí, ya que habías dejado de existir. No quedabas ni tu ni el vértigo. En esa torre solo te encontré en lo que quedaba de mi, y me reconocí pese a lo que había cambiado y cuando baje decidí que todo debía ser olvidado. Fueron varias las veces que subí, mientras la loca de los labios pintados de rojo carmesí se iba con todas las sombras de abajo bajo mis ojos. ¿Que razón me trajo? si no hay atajos para volver a verte bajo mi, yo, no bajo. No seré el pobre violinista que se contento con tocar el bajo y con todo mi amor me cago en la buenísima madre que te trajo y rajo las vestimentas de la torre. No te miento, no me mientas, que yo era el dragón encerrado en la torre de cenicienta. Las llamas asolaron el lugar y cuando baje mi indiferencia con el mundo era total.

Que no hay mal que bien no venga, mi bien y mi mal se fueron, ahora soy Ben. A veces oigo a las voces decir.`` Ven, ven, ven, Ben, ven``. Ben va a todos lados, hasta a los rincones mas odiados menos a los sitios olvidados que le pertenecen a Juan, Ben aparecio cuando Juan se fue, y los que ven a Ben ingenuamente creen que ya no hay un Juan esperando en el anden mirando, desgastado, consumido por Ben, el que fuma e incita a que fumen. El que aconseja, no duden, follen, bebo, beban. No penseis, Ben ausente bebe absenta y se abstiene de opinar. Pero a veces en las noches de luna llena Juan y Ben se juntan para compartir un cigarro en soledad, un par de lagrimas por  todas las putas estrellas fugaces que pasaron, por la oscuridad de la noche y la obscuridad de ellos mismos reflejados en el abismo.

La luz y la oscuridad se miran de soslayo y se reconocen bañados por la luz plateada derivada del arrogante sol y la oscura eternidad. Se dan la mano, complices. Llega la gente, llaman a Ben, antes de partir se sonríen, Ben se va, Juan se queda como siempre. Ben es todo el mundo Juan es su soledad.

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