Fue un incendio fatal el que quemó su corazón. Lo hizo piedra y luego se quebró. Se tiro al suelo para cojerlo al vuelo, pero no lo salvó. Esas piedras en el suelo, esa lagrima en la arena, esa luna moribunda que ya no se acuesta con cualquiera. Los ecos del país de nunca jamás resuenan terribles en el mundo real. Hasta ese mundo se consume ya, después de mil palizas el mundo te va a obligar a crecer. Lo que surgirá de la tormenta no sera lo que entró, uno tenía un sueño, el otro ya no. Yo quisiera creer que fui bueno, que hice algo bien. Yo, quisiera creer en tantas cosas, pero yo no creo.
Yo no creo en que amar sirva de nada, no creo que el mundo es considerado con todas las lagrimas acumuladas, no creo que vaya a haber un buen final. No lo creo, a veces no lo quiero. Mi garganta se atraganta tanto, tanto, tanto y mis ojos se inundan de todo. Los teatros parecen tan maravillosos, todos interpretando que son otros, pero yo nunca puedo jugar a hacer teatro, yo siempre soy yo. Yo siempre soy yo, no puedo escapar de las putas lagrimas, de la oscuridad de mis ojos, de todo y lo único que amo.
A la mierda, seré el sonabulo del que fuí, a la mierda joder, joder para que coño sirve querer, para que coño sirve sentir, para que sirve pensar o que para sirve escribir, si yo solo me quiero morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario