domingo, 3 de agosto de 2014
Volver a mi.
Y al fin, después de dos semanas cuidando de un mínimo de 10 personas que se iban rotando y sustituyendo unos por otros se han ido todos y solo quedo yo, como siempre.
La soledad aparece siempre en mi, tan inmensa, tan grande y tenebrosa y nunca hay nadie para curarme de ella. Pongo vallas, escusas, vendo mi amor por la soledad la asocio a la intelectualidad para despistar y me acabo masturbando en mi dolor. Estoy solo, es imposible que nadie llegue a mi, estoy demasiado lejos, veo a todo el mundo demasiado lejos.
Estas semanas he sido feliz cuidando a mis amigos, mandando, controlando, tolerando y queriendo como quieren los torpes patosos. Todo se acaba, esa es la máxima universal que hay en todo lo que existe, se acabara, cariño, se acabara y volverás manso a escribir en tu portatil delante de un espejo en el que solo estas tu. Solo estas tu y es necesario enfrentarte a la soledad aunque te invadan los mares de lagrimas una y otra vez y la sal se haga con tu cara.
Me he enfrentado a muchos conflictos en estas semanas, demasiados, lo he hecho fuerte siempre, y me he desgastado hasta limites insospechados. He ganado algunos amigos, muchos conocidos y algo mas de mi. He perdido a un amigo, y no hay nada respecto a eso mas que decir. Se que es vanidoso decirlo, pero yo soy un líder. Intentare siempre ser bueno pero a los conflictos a los que nos enfrentamos, los que hemos decidido cuidar y llevar a los que delegan esos poderes sobre nosotros para limpiarse las manos y ser felices. Los que nos enfrentamos a esos conflictos estaremos mas solos que el resto. Una decisión tuya afecta a los demás, tiene consecuencias, te obliga a un trabajo introspección y soledad mucho mayor que el del resto de la gente. Que facil es todo cuando tienes un grupo y unas decisiones marcadas, pero esas decisiones las toman unos pocos, es una capacidad o destructiva o constructiva que te regalan tus compañeros con su gigantesca satisfacción e inmensa repercusión.
Y en medio de los conflictos yo voy ganando arrugas en mi cara, mas duro y mas cansado. Mas lejos del resto, mas indiferente y diferente. Jugando mucho mas en mis manos.
Yo miro a ese horizonte, a ese hombre solitario que se enfrenta encapuchado a la tormenta, yo miro a la soledad sin miedo, solo con a tristeza por la ruptura de la compañía, soñando que algún día este junto a alguien que me acompañe fielmente en esta travesía. Hoy me deshago del resto. Vuelvo a estar solo. Vuelvo a mi.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario