No es que sea guapa, ni mucho menos. Es que te puede enseñar, puede dejarte una hora callado diciendo cosas, aportando ideas líquidas a la conversación y eso es algo que cada vez menos hombres y mujeres pueden lograr. Los seres creativos son aústeros, desprecian la vanalidad del éxito e introspectivos, retuercen las historias, les sacan jugo, hacen poesía. Cristina Rosenvinge siempre me pareció uno de esos monstruos que, ha elegido el camino individualizador y ha tenido una carrera progresiva siempre hacia dentro para dar para fuera.
No es mi amor platónico porque no tengo amores platónicos pero su articulación del feminismo, su manera de mantenerse siempre en la vanguardia de lo instrumental, su intelectualización de los conceptos, su mestizaje cultural hacen de ella con mucha diferencia mi artista favorito. La admiro profundamente porque ha sido capaz de llevar muchas revoluciones silenciosas en su espalda.
Siempre he visto la revolución como un proceso interno, para construir la revolución antes hay que saber que es lo que quieres revolucionar, ella esta llena de esos procesos. Es creatividad y mundo en constante ebullición me ha hecho aprender mucho y se lo agradezco.