sábado, 8 de agosto de 2020

Del fuego a la vida.

-Los hombres se miraron, como se miran los niños asustados de poder perder la pobreza que tenían, de que todo lo que eran ardiera.


-Las mujeres arremetían contra las puertas del castillo y su fuego era la vida que se abría paso de nuevo, a través de siglos de ineptitud y oscurantismo, de tradición y barbarie. Los dos milenios pasados pueden resumirse en eso. Tradición y barbarie.


-Y esos niños que se decían hombres creían que el amor era apagar el fuego, dominar la llama. Que triste visión del amor, cuanta cobardía, muy pocos se unieron al baile, casi ninguno. Todos tirando agua, todos mirando atrás.


- Las mujeres sabían que en un bosque muerto y seco el fuego se propaga. Y esta es la era, la era para bailar alrededor del fuego y de cambiar, es la era de no tener miedo y es la era de amar. Para que un nuevo bosque crezca las ramas viejas deben morir. Y los árboles que convivan y sobrevivan al fuego volarán más altas y se enterrarán más profundas, más sabias y más poderosas que todo lo que se dejó atrás.


Es hora de ver el mundo arder y dejar el castillo de madera de nuestras realidades anticuadas.


Viva el feminismo.

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