Gracias por esperarme universo. En los letargos del dolor y la decadencia hay una luz al fondo que brilla por seguir en la existencia. Aún con el final de la resaca he visto la luz entre mis lagrimas al ver que aún me conmuevo con las obras creativas de las manos de la vida.
Toda y todo jóven quieren brillar por un proposito y brillan fuerte las estrellas cuando nacen cuando explotan y se recrean, fuertes, rabiosas, ansiosas prepotentes.
Pero en la serenidad fija me fijo ahora yo en otra etapa. De brillor constante y fuerte que conduce al tercer acto. Aún no estamos en ese acto, estamos en el segundo, recuerda, recuerden, no soís las etapas, sois la historia entera, historias felices, historias rotas, historias totales, algunas en las que algunos no superan la primer acto, otros no superan el segundo y las últimas consiguen cerrar el tercer acto devorados por la criatura o algunas, algunas historias se alejan y entienden la importancia de nuestros actos, nuestra irrelevancia en este mundo de caós y de orden y lo importante que fue el querer hacer cosas que aunque breves, pretendían la belleza.
Este acto que se ha abierto, el de la tristeza de las perdidas, el de la consecución de los sueños y las grandezas, el del entrever la muerte entre los poemas es un acto diferente el de la maestría de la fuerza, el de la maestría de la inteligencia, la poesía y la humanidad. Se necesita mucha más energía para mantener el barco, el timón, barco en la tormenta de la alegría.
No quiero perder, no quiero perder el amor que siento por las cosas así que en los tuneles más profundos de la depresión y la apatía, cuando he vuelto a leer y ver cosas maestras he encontrado esa luz pequeña, blanca y tranquila, mi inagotable fuente de energía y aunque el invierno no haya acabado, nena, nena veo brotar la primavera de esta segunda etapa mía.
Por amor se controla el descontrol, para seguir llameando, para seguir viviendo y amando y encontrando personas y razones que den merecimiento a la existencia. Ojalá al pasado le vaya bien en los libros de historia, el presente ya se vé, y el futuro no me aterra. Bailemos hasta el final.
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