domingo, 17 de junio de 2012

Juzgando los recuerdos.

``Era una persona buena``, eso dice mi abuela viendo las fotos, el residuo. El doctor y la maestra casi un tópico de la elite cultural. Ya le había pillado el alceimer cuando yo acababa de nacer. Se le nota en los ojos perdidos de las últimas fotos, inconsistentes. Recuerdo perderlo en la memoria, fue a los once años la segunda muerte que trague y la primera que llore por comenzar a comprender la connotación horrorosa del asunto. Ahora sospecho la realidad del tema. Sobrevivir, al final, es vivir despidiéndose y ahora el asuntillo me parece mas una tortura que un privilegio. Sobrevivir es vivir perdiendo, siempre perdemos... pero podemos decidir o pretender como vamos a hacerlo.

De el recuerdo los chicles de naranja que me daba cada Sabado, su paz, los toros en la tele como imposición... Sus pelos grises y su silencio casi senil. Hay tantos tipos de silencio como personas, el suyo rozaba el misticismo. Una incongruencia en mi memoria que no alcanza a distinguir la personalidad de la enfermedad.

Mi abuela es la mujer mas lúcida que he conocido, e intento ver reflejado a mi abuelo en ella. Detras de esos ojos fascinantes, salvadora de geranios, lectora de primera, escucha callada las discusiones que cada vez se hacen mas normales y alcanzan grados mas altos entre mi padre y yo, y siempre tiene conclusión propia, a veces la calla y me revienta quedarme sin juicio moral. Es la profesora del siglo pasado, guapísima cuando piensa, guapísima cuando calla. Con dos ojos de cristal, abiertos al mundo, simple, discreta a la vista que empieza a sufrir de falta de memoria severa, siempre critica. Un tinte progresista como su marido (palabras de mi padre). Amante de repúblicas lúcidas que este país inculto, de pancarta, griterios, radicales ultras de los dos lados, caras al sol, nunca le ha podido dar.

``Nunca me sentí guapa y mira que mi marido siempre me lo decía``. Palabras textuales de ella, y yo viendo las fotos de ella encuentro la humildad del asunto y un porque a porque se fijo al menos al principio mi abuelo en esa mujer que sonríe a una foto desgastada como el tiempo. Sospecho que la amaba y que ella todavía lo ama, a pesar del tiempo, con el tiempo. Sin la pasión viva, simplemente junto a el, individuo con individuo aunque no este.

Admito que me revienta el tema de los toros sobre todo en este caso(el de mi abuelo), soy bastante radical en lo que al sufrimiento animal afecta y tengo una ligera tendencia a criminalizar a mi abuelo por todas esas tardes en las que me obligo a normalizar una situación intolerable. Intento defenderle con los relativismos de la historia en mano, pero la mancha sigue ahí, insolucionable, inborrable existiendo con lo bueno y siendo sobre todo lo malo.

Pero la vida es la que es, me hace gracia cuando hablamos de buenos y malos. Todos somos malos me digo una y otra vez, el que se droga o el que vende incumple tanto la ley como el que roba y hace el mal al nivel que le es posible, solo que unos se exponen mas que los otros y obviamente por su ambición deben pagar mas.

 Mi abuelo tenía la costumbre mas despreciable que mi corazón considera, y le quiero culpar aun muerto, pero eso no quita que haya sido una buena persona. Las cosas no son tan simples, aunque los simples lo deseen. Hay padres geniales que son los hombres mas despreciables e igual a viceversa. Asesinos, Hitlers. La moral es como el pueblo facilona y apedreadora, pero los dos lados de la baraja pueden jugarse en una misma carta, sin que el que ve una de las partes pueda sospechar a la que esta en la espalda de la cara.

 Lo bueno convive con lo malo a veces sin la conciencia moral para defenderse de esos instintos simples, aplaudiendo el asesinato vil. Mientras, su nieto llega, le da dos besos y espera el chicle de naranja de todos los fines de semana, detras el vacileo intolerable, la arrogancia, el ser humano en toda su expresión, pero el era un buen hombre que tolero y aplaudio cosas imperdonables frente a ese televisor, eso dice mi abuela y yo la creo porque sus valores son mas fuertes que los de su marido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario