Los días soleados entre la playa y el bosque con los rayos atravesando los pétalos de las flores, con gente nueva y desconocida, con un futuro por crear, conectar y hacer. Las noches hablando con algún amigo de idioteces y de ideas geniales, de sueños y percepciones sobre el bien y el mal. Nadar siempre hasta las boyas, beber siempre hasta el final. Generar cultivos de conocimiento y conseguir ver sus beneficios. Descubrir la astronomía en la mitología clásica y el sueño de un continente que quiere caminar.
Claro que el nihilismo a veces me posee, últimamente mas de lo que deseo, pero la mayoría del tiempo soy un tipo bastante risueño y feliz.
Después de todo, como ya he dicho alguna vez, solo los estúpidos son infelices deseosos de serlo y no me gustaría ser un estúpido. Porque hasta en los peores momentos hay que tener una sonrisa en la mente para no olvidar porque seguimos aquí, cuales son las razones de vivir.
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