No podré querer plenamente a quien no se conoce.
A quien no ha llorado ni se ha visto en el espejo retratado simple y breve, absurdo y feo. A quien las inseguridades no le han asaltado, ni a quien no ha dudado. Al que no entiende la soledad y el dolor.
No puedo quereros, soís demasiado absurdos ustedes, tan seguros de vosotros mismos, tan jueces y tan poco autocríticos.
Tu que quisiste ser juez de la perfección siempre fuiste el mejor ejemplo de culpable y tu puritanismo moral me recuerda a esa Gran Bretaña profundamente racista que persigue a la palabra negro como acto de racismo cuando el racismo esta de hecho en perseguir a la palabra negro.
Cuando sepas lo que es estar solo, podrás estar acompañado. Hasta entonces no existes, vives una mentira.
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