Imaginate, envejecer con dignidad.
No ser un puto pedrastra.
Quererse sin prostituirse.
No ser un superficial rolling stone.
No aparentar juventud.
Sino aceptar los años,
como lo que son.
Puñales,
de
tu
realidad.
Profundos y magníficos puñales cargados de sangre y de vida.
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