jueves, 28 de enero de 2021

Tenedor para la sopa.

Miro los problemas del resto como un niño curioso y callo para que hablen y sean ellos, los protagonistas. Callo para entenderlos, callo para aprender, callo porque no lo sé todo y porque no es ningún problema y ofrezco mi presencia a quien la quiere y la agradece y a quien no la quiere o no la agradece no se la ofrezco y me retiro. 

Y cuando quieren, si quieren, claro, doy mi visión e intento acertar porque me gustaría ser audaz, saber ver, saber analizar, estudie historia para algo, para ser útil, como un tenedor. 

COMO UN PUTO TENEDOR

Útiles y productivos, que hay que producir, hay que producir para morir convertido en producto.

Nos convertimos en los trabajos huecos en los que acabamos por rebotes del destino, en las carreras que estudiamos, en las cosas que no hicimos. Somos la casualidad de la gente que nos rodea, como una ciencia horrible y exacta, un determinismo inplacable.

Y el alma, que es lo que me gusta encontrar en las cosas, con el tiempo se retira y deja una imagen borrosa de todo lo que podría haber sido.

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