Somos eco,
eco de un océano.
Nacimos inperennes como decía un poema cubano.
y aquí nos hemos quedado para siempre,
mirando al mundo en la distancia,
con la curiosidad de un niño,
y la sabiduría de un anciano,
Rebeldes e incorruptibles,
Superiores al paso del tiempo,
como el fuego, la tierra y el mar.
A amar, amor.
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