Se me fue el alma en un suspiro,
como las hojas caen en los otoños,
breves retoños envejecidos,
y donde hubieron mirlos antaño,
hoy hay nidos vacíos.
Miro tu hueco infinito,
entre mi pecho y mi alma,
ahí te ensartas para siempre,
con calma, ahí matas.
Y yo que solo soy río,
río de peces vacío,
por no llorar río,
nado y río, río, río.
No hay comentarios:
Publicar un comentario