sábado, 13 de septiembre de 2014

El viejo de los parques.

Quizá tengo una estúpida e ineficaz patología de salvador, un extraño y estúpido amor a los necesitados que cuando dejan de necesitar acabo por condicionar el final, mi trabajo hecho, me voy. Puede que por eso, nada dure lo suficiente, todo tiene una razón, la mía es que no se necesitar a nadie, que tengo miedo de depender, nunca me salió bien, yo solo tengo mi soledad y mi pobre empatía que se conmueve y se hace agonía ante los que sufren.

Después todo desaparece, cuido, fortalezco y me voy por el sendero de piedras, internándome en el bosque, en la incapacidad de compartirme. Como un estúpido sanador de pájaros, les pongo la venda y me voy, ellos vuelan, yo camino sin destino, sin motivos mas que el de hacer una bella mansión donde curar mis heridas y recordar los días en los que los pájaros que cuide volaron. Tan bello y tan amargo.

Como un viejo de los parques, no entiende que los pájaros solo le quieren porque les da de comer, el, no importa. Morirá, solo.

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