lunes, 29 de junio de 2015

Hundir la flota.

Se desliza, me tortura, me desgarra la cordura, muerdo, rabio, enfermo en un ataque de nepotismo catacrítico, piso, grito ¿es que ninguna cosa va a servir? Crezco, envejezco, el niño que corria mas ahora se muere y se niega a andar. Si no es por ansia di porque da rosas el rosal. ¿Porque? ¿porque? me obsesionan las preguntas, me desquito contra mi corazón, ahí van golpes contra mi pectoral y aún en la rabia y en la violencia mi cara guarda ese estúpido porte señorial. Esa vanidad que me provoca tantas nauseas, inteligencia, bondad, todos sinónimos de una arrogancia superior fruto de cierta prepotente creencia en la superioridad.

A que juego quiero jugar, pierdo gente en las tormentas y yo prepotente los vacilo, los elimino,  porque existís pregunto a gritos, porque y para que si solo estoy yo en todos los sitios. Las crisis se suceden en la tortuosa tortura nacional, dicen que si hay crisis es que aún queda algo que reajustar. Algún día alguien se lo explicara al capitán capital. Y entre cosas que he aprendido y sentimientos frustados voy avanzando lentamente en mi penosa narrativa. Pasando, pasan los días y mi ira se engrandece, hoy tenía que pasar algo que le diera la vuelta a todo y miro al universo enfadado preguntando porque me ha traicionado. No me importa lo que pase si bien o mal, pero algo extraordinario tiene que pasar o a alguien voy a matar. No me importa lo que pase pero algo tiene que pasar, ha pasado otro día y mi frustración se hace infinita te odio por no ser capaz de hacerme sentir que todo no da igual.

Ya no me importa nada ni nadie, juego con personajes de ficción, escondiéndome resecándome en mi lugubre cascaron. Leo las revistas, oigo alguna canción, dicen que 3500 personas encontraron hoy el amor o alguna otra estúpida razón para existir. Psicodélico, que el amor y las razones de la existencia empiezan a ser ciencia ficción. Aquí estamos para follar y ser follados ¿el resto? barata poesía para amenizar el paso de los días, malditos días.

Llegara alguna vez el tiempo de la noche y entonces seré eterno. Hasta entonces paquidermos, solo puedo regalaros algo de apatia mezclada con una secreta pasión. Pero nada de amor, eso no existe. ¿no?


No hay comentarios:

Publicar un comentario