Miro el agua del pequeño lago y el agua me devuelve la mirada mía, conmigo reflejado.
Los bares y el cigarro se acabaron, el romanticismo de mis amigos del barrio, la amistad no es ya un salvavidas suficiente y no hay lugar llamado hogar.
Yo lucho solo, como un animal herido, herido por la amistad, herido por el amor, herido por el trabajo el desinteresado y el que no. Yo lucho por mi y por mis razones, por nadie mas. No me importan ya las opiniones de los cobardes que no hacen nada y de aquellos que cuando aparece cualquier problema se retiran, no me importan las opiniones de los que no me quieren lo suficiente, ni de los malintencionados que no quieren trabajar.
Miro el agua, camino por el parque hacia un banco y me siento, ¿madurar es no necesitar no? Pues yo no tengo nada ni a nadie o sea que debo ser el hombre mas maduro y solitario del mundo.
La gente son sombras alejadas de mi. Dicen que cuando te exprimen, sale de ti lo que llevas dentro pero de mi puede salir cualquier cosa. Amor, dolor, deseo, todo están dentro hechos un caos pero desde luego la nada y el dolor van ganando.
Tengo que acabar con eso.
¿Donde está la raiz que nace y los árboles mas grandes para poder verlos y volver a respira?...
¿Donde están mis sueños?...
No lo sé, ojalá alguien me ayudara a cuidarme. Me he pasado la vida intentando cuidar a las cosas de todo lo malo del mundo incluido de mi mismo y nadie me ha cuidado a mi.
Ha sido una gran estafa pero lo volvere a hacer. No puedo culpar al futuro de los fracasos del pasado.
Cuidaré una y otra vez, siempre, con amor, aun queda una gran cantidad de eso por debajo de todo el dolor acumulado.