Los hilos del destino se enredan en mi cuello, me subo a la banqueta, y me mantengo en el borde.
Entonces me tambaleo y me caigo y como siempre acabo ahorcado.
Muero emocionalmente una y otra vez a través de la eternidad.
Y luego, la cabeza se vuelve a poner en su sitio.
No puedo morir.
Así que me invento suicidios cada vez mas creativos a ver si por fin puedo ser libre.
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