jueves, 24 de marzo de 2022

No podemos salvarnos a nosotros mismos.

Hubo un tiempo de luz y pálida felicidad, en el que los días pasaban abrazado a alguien como si no fuera a haber anochecer.


Fueron los mejores tiempos y ya no queda más que polvo, distancia y miseria.


La noche se cierne sobre la casa y no se hacer resistir la vela.


Contra la entropía, el frío, del dolor y el desamor.

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