jueves, 28 de marzo de 2013

Claro-oscuro, la dulce contraposición de una posición ambigua pero clara.



 


Las 3 de la noche un frio en diciembre, te escribo esta carta de verbo hiriente. Aquí en Nueva York me siento tan libre hay musica siempre, es increible. Se que te estas haciendo una cabaña en el desierto y que vives con nada. Espero que aún guardes recuerdos.

La noche que ibas al mar. Lo hiciste al final con tu impermeable roto y sin porte te vi en la estación nadando sin norte. Alli te quedaste esperando algún tren. Volviste a casa sin Lily y Marlen

Trataste mi escusa como una brizna que volaba en el aire y cuando volvio ya no era la mujer de nadie.

Ahi estas tu trepando por el balcón, otro alegre ladrón aquí estaría otra vez.




Esto lo asumí hace mucho tiempo.

Las espadas de doble filo solo dejan dos muertos, uno en el mango otro en la punta. Uno muere matando otro muere muriendo, yo no estoy sorprendido, quiza me pudiera sorprender que fuera una sorpresa, seguramente lo haría y me cabrearía tanto que es posible que no me volviera a encontrar por mucho que el deseo me secuestre.

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