sábado, 23 de marzo de 2013

Hasta los jugadores tienen ciertas esperanzas.



El futuro cierto se adelanta sobre la cabeza del jugador. Juega tres manos diferentes, gana en suerte, sobrevive en salud y pierde en amor. El jugador no teme, insensible las 3 manos las juega por igual. Imperceptible en la mesa, juega las manos como una mas, inmutable en la cabeza mueve con destreza, pierde con elegancia y cuando gana deja su fragancia sin regocijarse buscando adentrarse en otra batalla, partida, empresa, vida.

El juego es la cocaína, y el, el esnifador profesional. La gente no lo sabe pero la vida puede ser dos cosas, un juego o una obligación. Antes, el jugador tenía conciencia, decía que hacer de la vida un juego era vil y mezquino, hasta que se dio cuenta de que la vida jugaba no con un destino en el que no creía sino con las voluntades de los hombres. ``El azar`` decía, ``el azar tiene sus normas, si te montas en un barco, te arriesgas a que se hunda, si entras en el juego, te arriesgas a perder``. El que había padecido de hipersensibilidad se encontraba insensible ante el azar y en las noches mas cerradas se preguntaba si debía sentir compasión.

¿Debo sentir compasión por el estúpido voluntario? ¿por el que sabiendo que puede perder, se arriesga y pierde? ¿debo sentir compasión por esos que suben montañas y no vuelven, cuando sabían que esa era una de las posibilidades? ¿por el que va a 240 por hora por una calle secundaria, no arriesgando ya su vida, sino además la de los demás? ¿que debo sentir, cariño? ¿que debo sentir si yo he jugado mis cartas y he perdido? Nunca me he compadecido de mismo, sería un mediocre sinvergüenza. Hoy no sera menos que nunca pero, ¿porque siempre acabo compadeciéndome del resto?.

Ante la derrota, hay dos actitudes, asumirla con la máxima dignidad posible, entendiendo que en la vida perderemos infinidad de veces y ganaremos unas pocas, y hundiéndose, no sabiendo perder mordiendo a quienes te rodean que no son culpables de tus jugadas.

Dicen, dicen que las mismas fuerzas ocultas que hacen girar el mundo, agitan nuestros corazones, yo creo, creo que es verdad. Que somos elementos, sujetos condicionados por el gigantesco peso del universo en la pequeña escala de un mundo, país, región en la que a veces te encuentras con otro sujeto/sujeta sujetada a su microcosmos particular, y casualmente el azar, ese capullo insensible te hace ser feliz. Con cada crimen que cometemos y con cada gesto amable alumbramos nuestro futuro.

¿Sabes que todo es una convención de normas y actitudes estúpidas, burocráticas morales éticas o sociales? Que la diferencia entre el ruido y el sonido es una convención y que todas las barreras son convecciones que pueden ser superadas.

Un día me dijeron arrogantemente que la vida nos pertenece y hoy me río, me río porque lo creí. La vida no nos pertenece porque vamos a morir. No digo que le pertenezca a nadie, le pertenece a todos aquellos que permites inconscientemente que se hagan con ella. Nuestra vida no nos pertenece, estamos unidos a otros, injustamente aun sin quererlo, somos lo que somos por quienes nos acompañan, podemos decidirlo pero ellos nos forman, conforman nuestro ideario, nuestros recuerdos que es como decir a nosotros. Tu vida se extiende mas allá de todas las limitaciones de mi ser, y yo, aunque quiera no puedo impedirlo.

Solo los que se ven privados de la libertad tienen una mínima idea de ella, de lo que ella significa, yo ya se que no soy libre porque te conocí, porque les conocí ya se que jamás lo seré y no me entristece para nada. Aun no se como voy a vivir, si las ataduras mortales se han convertido en una soga al cuello. Lo único que se es que me encontraras bajo las estrellas corsas donde nos encontramos por primera vez, dos caminos que decidieron que tenían que chocar. No se cuando sera ni si sera, pero allí, lejos de todos los convencionalismos cuando todo halla pasado, allí te esperare.

Ahora, después de tanto de tiempo, empiezo a creer que la muerte es solo una puerta, tiene que serlo, esto que va sobreviviendo que soy yo con sus consecuencias y que son todos no puede desaparecer. Sería el mayor crimen existencial que pueda haber.

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