Mira hijo mío, ¿ves aquello en el horizonte? ¿los sueños de grandeza?, ¿las ideas de cambiar el mundo?, ¿el bien altruista?. Más vale que te lo diga. Todo eso, si tienes un corazón sensible, todo eso te separará, todo eso, te dañará.
Recuerdo que lo hice todo con amor y lealtad, a mi y a mis amigos que al fin y al cabo son yo porque son la gente que he elegido. Sin embargo, mis sueños me han herido más de lo que me han curado, me han alejado más de lo que me han hecho conectar y me han hecho perder más de lo que me han hecho ganar. Soñé con un lugar con espacios seguros, una casa grande y llena, llena de risas, de cariño y tolerancia. Un espacio generoso que uniera en torno a los proyectos, no que nos separara por ellos, pero eso es imposible. La sensibilidad que me caracteriza se tornó dolor, el poder que otros no saben gestionar se torno ego, uno monstruoso e infinito y la tierra se rompió.
¿El poder? Preguntaban en juego de tronos y contestaba cada personaje una respuesta diferente. Para mi el poder es un trono solitario muerto de pena que mira por la ventana como los niños del parque juegan. Es una losa, una carga. Me preocupara siempre la gente que ve belleza en el poder. No sabeís lo pesado que es, lo inutil, lo doloroso y cruel.
¿El dinero, el éxito? ¿El gran gold roger? Los tesoros de la vida siempre serán las relaciones que juegan con armonía sin ambicionar grandes cosas. Sin ego, sin rencor. Me sorprende el rencor que puede acumular el ser humano. Lo equivocado que puede estar.
La única certeza que tengo es que todos moriremos.
Se llena la casa de fantasmas y recuerdos y brindo por algún sueño vacío que me mantenga caminando el camino y espero poder conectar con gente más afín de la que ya he encontrado.
Pero por los ya no son, ni están.
D.E.P. Se hizo por y con amor.