En la infinita vanidad de las personas nos creemos siempre la respuesta perfecta, pero después de cada bofetaba y cada alternativa me recuerdas que el resto del mundo si existe y que yo no. Nunca me elegiste, ni yo tampoco, es la triste y dolorosísima realidad del mundo y no hay cambio de opinión o siguiente escrito que vaya a solucionar esto. No nos hemos jugado nada y seguramente no lo hagamos. Yo por dolor y tristeza y enfado tu porque ya te habrás dado cuenta de quien soy. Se que me quieres en la equidistancia constante para creerte que puedes tenerme como perfecta alternativa, porque hace tiempo que se que para ti siempre hay alguna alternativa de las cuales he procurado dejarte claro que yo jamás sere parte. A diferencia de mi eres incapaz de regalar algo de soledad, algo de ti, ya que solo eres el precioso reflejo del espejo de los que estuvieron ahí.
Yo no concibo el amor asi, para mi el amor es algo de seguridad en la infinita inseguridad de todo esto y nunca tendre eso de ti, nunca aceptaras que sea un apoyo y no una base, yo nunca pretendere cambiar a nadie sino acompañar. Porque mas o menos te conozco, porque al lado tuyo no tengo nada sino dolor, heridas, dudas y cansancio. Para mi el amor son dos personas sin pasado, dos y no una. Sería tan pesado tener que llevar toda la carga personal de yo y yo reflejado en ti que desisto. Si pretendes no ser nadie y actuar y opinar como otros, porfavor que nunca ocurra.
Por eso me fijo curioso, en los que te han formado ya que tu no existes sola, y me entristezco porque suelen ser por lo poco que he visto todo lo contrario a lo que soy yo y sonrío consolado por el estúpido sueño de al menos haberte creado algo, desde lejos como si fueras reaccionaria a mi manera de ser, a quien y lo que soy. Tan idealista y crédulo soy a veces que hasta me creí que he tenido algún efecto sobre ti.
¿En otro mundo en el que no te hubiera cojido jóven y despistada no nos hubieramos odiado? Cada cual mas reaccionario al contrario que el anterior, como idiota que ignora lo que no conoce. Yo tuve suerte y te conocí, y ya no te conozco ni quiero saber que es lo que haces, ni que es lo que dices porque no va a cambiar nada, porque solo me recuerdas que no me elegiste a mi. Una y otra vez, a través de los años te encargas de enseñarme que nunca podremos ser. Y yo me encargo de intentar olvidarlo, en un doloroso bucle sin salida.
Yo solo quiero alguien que me quiera, y aunque te quiera no te quiero a ti, porque nunca me querrás y por eso yo nunca demostrare lo infinitamente perdido de amor que en algún momento de mi vida llegue a estar por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario