miércoles, 8 de marzo de 2017

Encontrad la felicidad.

Huid mujeres, huid. No se que haceís viniendo a nuestros roles de género, nuestra basura de roles de genero masculinos basados en el trabajo por el trabajo, en la esclavitud capitalista, ¿que haceís masculizandoos joder? adoptando posiciones masculinas en torno al poder que no sirven para nada. De verdad, aquí os aseguro que no hay nada bueno, aún estaís a tiempo, de recuperar vuestra escencia de huir de nosotros, bestias ambiciosas sin sentido. Iros, mirad las estadísticas de suicidios a las que nos exponemos como imbeciles los hombres, el estrés, las expectativas sociales estúpidas. Siempre los mas machitos, polla grande, cuerpo fuerte, dejando testosterona a nuestro paso, que valientes, valientes gilipollas. Y valientes gilipollas las que queraís ser como nosotros.

Ustedes eraís y sois mejores que nosotros, de verdad os lo recomiendo no bajeís al fango, a debates capitalistas de la productividad y de la mujer en este mundo loco y absurdo, explotador y cruel, ``que si un 35% del empleo es feminino``, ``que hay que igualar la miseria``, para el sistema sois simple competencia de la que lucrarse, el feminismo es un invento capitalista para dividirnos y reunirnos en torno a las actitudes nocivas del hombre que permiten, pues eso, el capitalismo.

¿Creeís que Inglaterra el rey y reina capitalista os introdujo al trabajo durante la primera guerra mundial por amor al arte? ¿De verdad lo creeís? ¿Creeís que los bares que antes veían mal que entrarais en ellos no han visto el negociazo de permitir al otro 50% de la población entrar en esos antros decadentes?

Entiendo y respeto a las mujeres que aspireís a roles activos en la sociedad, pero no hay que equivocarse, hay maneras, formas de adaptarlos que no son masculinas y desde luego esos roles activos no pueden servir a la maquina incesante de la ambición capitalista. No os convirtaís ni nos veais como ejemplo, no somos ejemplo de nada. Somos la consecuencia de una época reciente de miedo a todo y de opresión a todo lo que nos daba miedo, lo diferente era enemigo.

No reproduzcais nuestros miedos, acabad con nosotros, manteneos firmes, cariñosas, empáticas, espectacularmente mejores, hasta que nos acabemos de matar entre nosotros, o hasta que os deís cuenta de uno de esos secretos miedos que tienen los hombres, que no nos necesitaís, que podeís vivir mas felices sin nosotros.

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