Solo tengo la triste esperanza de que ciertas cosas no sean irreversibles. Que algunas de ellas vuelvan, que el fanatismo estúpido no me enfrente con mi sombra. Tengo sincerísimo miedo, pánico, porque yo no soy eso y jamás lo sere ni me podre adaptar a ningún tipo de fanatismo, eso atenta contra mi personalidad.
Siempre he abogado, como historiador, como persona por intentar comprender. El que no intenta comprender y cree que lo suyo es lo bueno y lo de lo demás no lo es, con ese no se puede hablar, no se puede intentar hacer entender que todo el mundo defiende sus intereses, a veces los intereses son comunes y otras veces, no. La historia si es algo debe ser un maldito eterno conflicto de intereses.
Yo no se a donde vamos en este mundo loco y estúpido, tampoco se a donde debe ir. No creo tener tanta soberbia almacenada bajo mi piel. Solo conozco y mas por empatías que por otras cosas, que cada uno defiende lo suyo. Defiende a su familia, a los que ama y defiende lo mejor para ellos. Luego hay ganadores y perdedores, acusar al vencedor de ganar es estúpido, todos pelean para ganar y las victorias no se consiguen actuando bien casi nunca, esa es la tristísima realidad. En los juegos no hay normas morales y tengo la extraña y aterradora sensación de que todo este mundo es un maldito juego.
Estoy muy perdido, porque pierdo cada día, porque me pierdo cada día y porque cuando gano tengo la extraña sensación de tener que avergonzarme ¿como diablos puedo ganar esperando la verguenza de detrás?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario