Es curioso todo es igual y diferente. Yo, tu, el o ella, este día, todo, pero la naturaleza tiende a darte la tremenda sensación de quietud que el hombre hiperactivo ha sido incapaz de adquirir. Siempre al borde nunca libre, con planificaciones, horarios y obligaciones capullas e inútiles que limitan nuestra capacidad para realizarnos de las fuerzas que nos redirigen.
Ojalá pudiera morir aquí. Tan (felizmente a veces y otras no) solo como siempre me sentí, quiza quisiera morir como mueren los parques viejos y abandonados. Con mis ojos encima de mis labios buscando la ley universal detrás del universo. Entre pájaros y una naturaleza rebelde con la que mezclarme al compás del tiempo, con todas mis sonrisas y mis versos, la imagen de un recuerdo de recuerdos, lejos del mundo, condenado a el.
Como si el hielo insensible fuera el suelo yo sospecho lo que somos. Al compás errático de la canción mas melancólica del mundo baila el mundo un tango indiscreto, y yo en medio de la función me mantengo quieto. Fascinado por la composición perfecta interpretada por la imperfecta composición de mi cabeza.
Esa, precisamente esa es la terrible sensación del que observa diminuto en medio de las diferentes fuerzas que se juntan, la oscuridad y la luz, el tiempo y el espacio¿ donde se juntaran todos los tejidos? ¿Puede que sea en la historia? o puede que todo sea mentira y que el mundo no se diluye sino que sea una función invariable un todo constantemente perfecto, amable.
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