Me retuerzo entre las ganas irreparables de querer irme de este país y las ganas de querer cuidar a los pocos que creo que se lo merecen, quedándome y construyendo, siendo algo parecido a una columna para ellos. Es yo o el resto.
Se desde hace mucho tiempo que este país, esta ciudad, esta isla, este todo, no se merece ni un segundo de mi dedicación. No se merece a nadie honrado, a nadie que se mueva, que busque lo mejor. Lo se porque lo veo, porque esta es una sociedad tremendamente desagradecida, mala, criticadora del todo, auto destructiva, negativa, despreciable, egoísta, envidiosa y sin futuro. Este es el lugar de los burócratas, de los chupa-sangres, de los aprovechados, del sinsentido y la estupidez hecha norma. Querer hacer algo perdurable, sano, un buen proyecto es meterte en un cenagal de trampas, de normas estúpidas sin sentido práctico, de laberintos manejados para ir a ninguna parte.
Este es un país, un lugar, una sociedad, profundamente ácrata. Sin nada que le una, ningún sentimiento, ninguna voluntad, ningún proyecto, ningún sueño. Es terrible el desamparo que siento, porque se, como lector de historia que siempre ha sido así. Que esto no lo cura ninguna guerra, ni ninguna revolución, ni nada. Que todo aquí, a través de los tiempos y los lugares que le corresponden esta mal. Estructuralmente, individualmente, en todos los ordenes y lados esta es una puta sociedad de mierda.
Y me apena profundamente porque se que hay gente, muy poca, que no se merece esto, gente que se merece reconocimiento, gente que se merece un proyecto, un futuro, un trabajo que les haga felices. Un proyecto serio. Pero es que todo esta tan estructuralmente jodido que es que hay que ser muy tonto o muy suicida para pretender querer crecer aquí.
En general a mis amigos siempre les considere en primera instancia, amigos, en segunda, familia. Son la gente que he elegido y se que tengo los medios para, peleándome y abriéndome paso como los putos perros hacerme un hueco y darles algo. Algo de esperanza en esta nada desalentadora, pero me revienta, me cabrea hasta lo mas hondo de mis entrañas que este lugar puto y cabrón como el solo, que ha rechazado y apaleado a sus escritores, a su pasado y a todo, vaya a tener algo mío. No quiero ser criticado injustamente, no quiero que encima de que puede que algún día deje mis horas mis esfuerzos y lo que tengo en alas de hacer algo bello y perdurable que me vengan a apalear a robar y escupir sin escrúpulos, he visto como lo hacen, una y otra vez y eso no es justo. No voy a exponerme estupidamente ante una sociedad ávida de criticas y de mala fé. ¿Quien diablos puede querer eso? solo deseo que me devuelvan el amor por mis sueños y futuros, aunque hallan periodos duros. Es lo que cualquier persona se merece, algo de respeto y de cariño estructural o en su defecto, al menos, personal. Hay tanta gente que en algún momento necesito que alguna institución lo viera, comprendiera y se valorara su esfuerzo, que entiendo y apoyo a todo el que le mande a tomar por saco a esto en ese sentido.
Siempre pense, que la felicidad compartida es muchísimo mejor, yo, solo, he sido muy infeliz sin nadie al que dar. Por eso nunca tendré problema en compartir lo que tengo, pero esta egoista y mala sociedad no lo entiende. No entiende que es mucho mejor repartir que acaparar. Nunca lo ha entendido, ni nunca lo entenderá, todos haran su trabajo, se iran a casa, contaran el dinero sin importarles lo que hacen, si esta bien, si no. Miraran al vecino, con maldad y alevosía y a sus espaldas comentaran sus defectos, su vida, su moral, se peleara como se pelean todos aquí y la mala leche se perpetuará, por siempre. Nunca construyendo algo siempre chupando de los pocos subnormales que se atreven a dejar sus horas en estas tierras.
Luego saldrán a hacer bulto, en borracheras, tumultos y en donde sea, buscando su oportunidad. Saldrán sin ningún fin constructivo, solo por salir a gritar y vanidosamente creer que dicen algo.
No dicen nada, hace tiempo que se me hace muy raro descubrir un nuevo mensaje, un algo.
Esto es terriblemente sombrío. Y sinceramente no se si merece la pena encenderles una lampara a las ratas...
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