Lucia siempre decía que los hombres hasta los mas inteligentes y medidos tenían una irremediable tendencia al egocentrismo, a creerse únicos. En cambio, ella creía que para bien o para mal algunas mujeres al menos procuran entender algo mas. Entender y aceptar que quiza un sentimiento puntual no es mas que el resultado de muchos sentimientos y emociones anteriores. Que como detrás de un hombre hay muchas mujeres, detrás de una mujer hay muchos hombres y que para entender a ambos solo hay que fijarse en aquellos que les han hecho quienes son.
``Los hombres y su irremediable ego``, decía,`` no se atreven a pensar que puede haber alguien que no sea ellos, tienen un tremendo miedo a conocer, a entender que pueden ser solo una prolongación de una insensible lista de nombres que, sin embargo han construido aquello que tienen delante de de sus ojos``.
A Lorenzo, después de perder a la mujer número 12 se le asomo puntualmente esa realidad cuando rememorando encontraba que todas habían seguido insensiblemente con su vida, que había estado con doce mujeres y solo había sido uno mas cuando en mas de una ocasión creyo que sería eterno. Sin embargo fue todo para ellas tantas veces... Entonces se atrevio a asomar lo que había dejado, su legado en ellas, su reflejo reflejado en aquellas mujeres que ya no eran aquellas. Un tipo de sonrisa, una manera de mirar o pensar, hasta una forma de besar. ``Supongo``, decía, ``que las personas nos movemos, no en un plano espacial sino en uno emocional e intelectual a diferentes velocidades y que para poder evitar la soledad lo único que puedes hacer es adaptarte a los demás, aprender de ellos hasta que encuentres un acompañante con el/la que viajar.
Para Lorenzo, Lucía fue la mujer número trece. Lorenzo podría escribiros tantas cosas de porque fue la mujer número trece, esa preciosa y maldita seguridad, esos ojos, esa manera de mirar pero nunca hacia atrás, esos labios y ese hiper-realismo teñido que el amaba tanto. Y Lucía, la verdad yo no se que coño pudo encontrar Lucía en Lorenzo, es que soy un hombre y la condición del que escribe le limita a aceptar y entender ciertas cosas. Podría ponerme a divagar pero no es cuestión, supongo que ella le quería algo o eso decía y eso es suficiente y si lo supongo es porque no lo se.
La cosa es que, existencias y comprensiones de personajes a parte, Lorenzo engaño como todos los hombres deben engañar en algún punto de su vida a las mujeres para estar con el, robándole su tiempo cuando ella le permitía y buscando en sus ojos a esa razón motora. Lucía siempre que podía jugaba a valorarlo en conversaciones. En uno de esos anocheceres de Julio ambos estaban juntos en la playa de Niza, y se dio una de las tantas.
Lucía: Sabes Loren, la arena fría es una desagradable realidad
Lorenzo: Entiendo, a mi también me molesta, se mete en los zapatos y en todos sitios, pero es un precio aceptable si estoy al lado tuyo, y me gusta esta playa, me gusta mucho.
Lucía: No lo decía en ese sentido, la arena siempre se me parecio a la realidad injusta que no se puede agarrar, solo te puedes adaptar a ella, con sus imperfecciones. Solo puedes adaptarte o joderte.
Lorenzo: ¿Hay algo que te moleste?
Lucía: Muchísimas cosas, pero me puedo adaptar a ellas
Lorenzo: ¿Entonces cual es el problema?
Lucía: El problema es si tu puedes... ¿podrías aceptar quiza, a que un día nos dejemos de ver? ¿o a que yo muera? me preocupa muchísimo porque yo se que podría adaptarme a ello algún día, pero cada día te veo y te quiero mas porque estas mas cerca y no se, no se si tu serías capaz.
Lorenzo: Yo... he vivido toda mi vida sin ti pero ahora no entiendo que coño haría si no estas para pensarte, eres parte de mi y no podría deshacerme de eso...
Lucía: ¿Sabes quien soy Lorenzo?
Lorenzo: Tu eres tu, un reflejo mío y de mas gente, pero no solo eres un reflejo eres el reflejo con el que iría a cualquier parte, eres todo lo que quiero, pero tu eres tu y yo soy yo.
Lucía: ¿Entiendes entonces que mi sombra la forma mas gente?
Lorenzo: Lo entiendo y me desagrada entenderlo, yo quisiera que tu fueras solo yo, y yo fuera solo tu. Pero se que es egoista y pese a ello te quiero con todas tus condiciones, con todas tus sombras, te quiero a ti por tus daños pero también por tus besos y por todo, no sabes cuanto te quiero y haces bien en no saberlo. Daría lo que fuera porque fueras feliz.
Lucía: ¿Eres capaz de entender, entonces que soy consecuencia de algo mas que tu y podría existir sin ti?
Lorenzo: Me molesta entenderlo, pero claro que lo entiendo, claro que lo entiendo. Yo... me he acostumbrado tanto a perder, Luci que nunca he podido aprender a tener, por eso no tienes que preocuparte por eso. Nunca intentare tenerte, mas que quiza la posibilidad de querer tenerte a mi lado pero solo si es asi comos nos tenemos ahora. Te quiero de forma insolidaria cuando estas conmigo, pero aceptare que te vayas cuando quieras aunque me destroze el higado, me licue y me haga lagrimas, lo aceptare porque te quiero mas que a mi necesidad de quererte.
Lucía: Puede que eso no tenga que pasar, puede que yo te quiera de verdad.